Mineral Inorgánico versus Mineral Bioactivo:
Disponibilidad Iónica en el Agua de Mar.
Una cadena alimenticia es el proceso de transferencia de sustancias nutritivas a través de las diferentes especies de una comunidad biológica. Se trata de una corriente de energía que comienza con la fotosíntesis y que después se transfiere de un organismo a otro a través de la nutrición.
La primera cadena alimenticia se inicia con los vegetales fotosintéticos, que tienen la capacidad de crear materia viva a partir de la inerte. Las plantas, a través de la fotosíntesis, son capaces de convertir los minerales inorgánicos que hay en la tierra en su forma bioactiva y por lo tanto, disponibles para el ser humano.
Desgraciadamente el mal uso que hemos hecho del suelo, la sobre explotación agrícola, el abuso de pesticidas, fertilizantes y alimentos transgénicos, ha dañado considerablemente la tierra que utilizamos para cultivar nuestros alimentos, privándonos de la totalidad de los minerales y oligoelementos que necesitamos para alimentarnos de una manera saludable.
Existe una segunda cadena alimenticia muy beneficiosa para el ser humano que puede proveernos de de todos los elementos químicos de manera natural y orgánica y así poder restablecer el equilibrio mineral necesario.
Por la acción del sol el plancton, la mayor biomasa que existe en la tierra, es capaz de fijar los minerales que existen en el mar y transformarlos en materia bioactiva. Los científicos denominan este proceso como “biocenosis marina”, donde el plancton activa, estructura y transforma estos nutrientes en una matriz viva de elementos bioactivos que favorece la explosión de la vida.
En los mares y océanos y en condiciones muy específicas de luz, temperatura, corrientes marinas y otros aspectos meteorológicos se forman enormes vórtices donde se agitan capas ricas en minerales que raramente se mezclan con las capas superiores del agua de mar. Además, las paredes del interior de los vórtices crean una barrera natural entre el interior y el exterior, permitiendo que el plancton puede proliferar; dejando atrás un fluido de minerales bioactivos, en estado orgánico-cristaloide, transformados por trillones de unidades de zooplancton y fitoplancton.
El Plasma Marino es el agua de mar cuyos minerales están de manera bioactiva, puesto que han sido pre-digeridos por la acción del plancton. El Plasma Marino es un derivado único, ecológico y natural procedente de colonias y formas de vida planctónicas, situadas en los vórtices (corrientes circular de tipo torbellino).
Ya el padre de la terapia marina moderna René Quinton demostró que el agua de mar no podía ser recogido de manera arbitraria, y que el plasma marino era clínicamente superior al agua de mar ya que, solo el plasma marino contiene todos los elementos químicos disponibles para la realización de todas las funciones celulares.
Los minerales inorgánicos no están disponibles a nivel celular y deben ser transformados a su estado bioactivo (cristaloide) para poder pasar a través de la membrana celular. Es por ello, que absorbemos los minerales por los alimentos o por el plasma marino y no por la tierra ni por el agua de mar. Los minerales cristaloides que se encuentran en el Plasma Marino son disponibles dentro y fuera de la célula, convirtiéndose en una sustancia vital con un potencial epigenético extraordinario para nosotros.
Para que el ser humano pueden hacer uso de sales inorgánicas necesita de una gran energía extra. Las bacterias en el intestino tienen que transformarlos en materia orgánica, uniendo el mineral a una molécula orgánica que permite su transporte directo hacia la corriente sanguínea. Ejemplos serían la hemoglobina, con el hierro, la clorofila, con el magnesio, o la vitamina B12, con el cobalto.
Desafortunadamente, en una sociedad muy estresada, con una alimentación pobre en nutrientes y rica en tóxicos, el abuso de los antibióticos y la proliferación de la cándida, la capacidad de la flora intestinal para transformar elementos inorgánicos a su estado orgánico se ha visto muy comprometida.
La sinergia entre todos los minerales orgánicos del Plasma Marino desempeña una función vital que determina la salud del cuerpo humano. La forma bioactiva de estos minerales impide que el metal reaccione y se combine con otros compuestos en la luz intestinal, evitando los problemas de interferencia, que son causa de la baja biodisponibilidad del mineral, siendo resistentes a la acción del jugo gástrico y caracterizándose por su elevada absorción por la mucosa bucal e intestinal por difusión pasiva.
La similitud entre los minerales del plasma marino y el plasma sanguíneo o líquido extracelular hace que sea una terapia de nutrición celular totalmente orgánica.
Además, la calidad de los minerales y del agua que aportemos al cuerpo determinará la calidad del líquido extracelular; el medio vital donde las células reciben sus nutrientes, tiran el material de deshecho y del que depende la regeneración y la comunicación entre las células.
Pischinger demostró que toda la información intercelular (estímulos nerviosos, metabólicos, inmunológicos…) fluye a través del líquido extracelular que separa las células y cuya composición tiene una gran similitud al líquido donde se origino la primera célula: el mar.
«El agua de mar primitiva es el sistema más antiguo de comunicación entre células vivas».
El Plasma Marino es tan nutritivo y curativo porque contiene todos los minerales y oligoelementos de la tabla periódica. Su poder nutricional a nivel celular es debido a su rica composición en sales, minerales y oligoelementos, de una manera orgánica y biodisponible. Es un auténtico suero fisiológico en perfecta ósmosis con el medio interno, que satisface totalmente las necesidades minerales de las células.